Tras
documentar un proyecto sobre la fauna en la zona de la Reserva de la Biósfera
El Cielo, investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) consignaron
el hallazgo de variaciones genéticas en especies como nutrias y ardillas en
esta región de Tamaulipas que comprende a los municipios de Ocampo, Llera,
Jaumave y Gómez Farías.
El Dr.
Leroy Soria Díaz, investigador del Instituto de Ecología Aplicada de la UAT,
comentó que se reportaron dos casos de Leucismo en nutrias, la cual, explicó,
es una enfermedad genética que presenta decoloración total del pelaje y de la
piel de los organismos.
“Y
generalmente se da por endogamia, es decir, cuando hay una reproducción entre
hermanos o padres, de nutria en este caso, y empieza a haber alteraciones”,
indica el especialista en Ecología y Manejo de los Recursos Naturales.
Explica
que estos casos de endogamia, se dan porque hay presión hacia las poblaciones
de especies: “que puede ser bastante porque hay fragmentación de hábitats, es
decir hay secciones, no hay un continuo de comunicación entre poblaciones de
nutria”, señala.
Y añade
que: “aparte, puede ser que los metales pesados o la contaminación del agua,
estén generando estas alteraciones genéticas en las poblaciones de nutria. Hasta
ahora hay dos registros de leucismo”, indicó.
Comentó
el investigador, quien encabeza el proyecto “Los Carnívoros de la Biosfera el
Cielo”, que al estar documentando la actividad de los grandes felinos en esta
región tamaulipeca se reportaron también hallazgos en una especie de ardilla.
Dijo que
la ardilla fue localizada con el apoyo del señor Luis Martínez García,
habitante del municipio de Gómez Farías, y colaborador en los trabajos de
exploración en la zona.
“Y al
estar monitoreando con trampas-cámara, hemos encontrado estas alteraciones,
pero en este caso no se trata de un leucismo, sino que es una alteración de la
melanina en una especie de ardilla de esta región”.
“Es una ardilla de tamaño mediano y
encontramos que tiene dos coloraciones, la parte de atrás del cuerpo es de rojiza
a blancuzco; y la parte delantera es complemente negra, cuando la coloración
normal es gris de la espalda con motas blancas”.
“Esta
alteración también nos indica que hay algún efecto que está variando la
genética de estas especies. Es importante mencionarlo porque a pesar de que el
lugar donde estamos es una zona con alta diversidad genética, por encontrarnos
en el trópico, y aparte una influencia neartica como neo tropical, estamos
teniendo estos problemas de endogamia”, describe.
“Anteriormente
no se habían registrado este tipo de alteraciones, no se habían tenido
registros en México, al menos para la ardilla de roca, y éste podríamos
considerarlo como el primer registro, lo que es relevante para la mastofauna de
todo el país”.
Señala
que estos hechos, han alertado a la comunidad científica, porque pueden ser un
potencial tema de investigación, dado que es necesario investigar y conocer la
razón de estos problemas genéticos.
“Hay cambios que se consideran evolución, y
hay especies que empiezan a modificar el color del pelo, o el color de las
plumas o escamas; es natural cuando el cambio de color les ayuda en el hábitat
donde viven, a camuflarse de los depredadores o para obtener presas. Aquí la
problemática viene cuando solamente es uno o dos individuos del resto de toda
la población que se encuentran alterados con coloraciones atípicas que no les
ayudan”, concluyó.