Ciudad Victoria, Tamaulipas.- El regidor victorense Horacio Reyna de la Garza dejó en evidencia al alcalde Xicoténcatl González y a su equipo de colaboradores, luego de comprobarles que no sólo habían mentido en un boletín de prensa, sino que habían despreciado al comisariado ejidal de La Boca de Juan Capitán.
Estaban en la recta final de la sesión de cabildo y todo parecía que terminaría sin mayor dificultad para el alcalde, (quien ya se está acostumbrando a las denuncias y protestas durante las sesiones de cabildo) cuando de pronto el regidor hizo tronar el asunto por un boletín de prensa que mentía en su contenido.
De acuerdo a Reyna de la Garza, la Dirección de Prensa del Municipio de Victoria, se había apresurado a informar que ya estaba resuelto el desabasto de agua potable en el ejido en mención, sin embargo el regidor le había pedido al comisariado ejidal que lo acompañara a la sesión del cabildo para demostrarles que no era cierto lo que habían informado.
Y era cierto lo que decía el regidor, ahí entre el público asistente, se encontraba el comisiariado ejidal de La Boca de Juan Capitán, que tan pronto escuchó su nombre y saltó de la silla para que lo vieran todos.
La cara del alcalde Xicoténcatl González, era de «trágame tierra» y el «ya no sigas» tras sentirse descubierto en las mentiras de su departamento de prensa, o del departamento de Productividad Rural, quienes habían «resuelto» el problema de la falta de agua en esa comunidad, por el falló de la bomba.
Cuando el regidor terminó de exponer su tema, el alcalde tomó el micrófono, pero se le adelantó Chevo Arellano, un regidor de su equipo, para tratar de recomponer un poco la trapeada que les había puesto Horacio Reyna, sin embargo era su argumento contra la evidencia del regidor del PRI, que tenía a su disposición al comisariado ejidal y no dudaría en usarlo, aunque no fue necesario, pero al comisariado ejidal ganas no le faltaron para robustecer la falsedad del boletín alegre.
Y como si no hubiera bastado la explicación del regidor Reyna, el alcalde tomó la palabra para no reconocer que se habían equivocado, diciendo que cuando se envió el boletín de prensa la bomba estaba funcionando, aunque eso no le constaba a él, pero quizás era lo mejor que se le pudo haber ocurrido decir.
Al final de la sesión quedó la sensación de negar todo, aunque presenten las pruebas contundentes, como en esta ocasión, allá ellos.